Mandalas, arpilleras y adoratrices

La apuesta socioeducativa en las Casas de Acogida de nuestra Área de Mujeres y Equidad de Género pasa por la re-significación de lo doméstico, ya que es constante que es en este espacio privado donde se dieron las violencias, y fue el lugar donde nuestras mujeres acompañadas dejaron de ser ellas.

Así apostamos por lo doméstico como lugar de cuidado y resistencia, nos reconstruimos y volvemos a levantar cuidándonos y cuidando a otras.

La recuperación de algunos oficios clásicos de la mujer tales como tejer, bordar, coser, las re-significamos como prácticas de resistencia y cuidado, y por sobre todo las aprovechamos como herramientas de transformación, ya que los cuadros textiles o arpilleras son estrategias para acercarse a la historia vivida desde un lenguaje que no pasa por la palabra, sino que por la experiencia y transciende todo nuestro ser.

El cuadro textil a través de las puntadas y colores transmite lo que la palabra aún no puede, nos refleja nuestro mundo más interior, lo que vivimos y por sobre todo como pensamiento mágico nos permite plasmar cuál es el norte que le queremos dar a nuestra vida, y al ser una misma quien va haciendo las tramas nos da el poder de decidir qué quiero para mi futuro, cómo lo quiero y con lo quiero.