EDUCERE - BLOG
LA METODOLOGÍA DEL ACOMPAÑAMIENTO
La misión de Fundación Educere es promover y acompañar los procesos de desarrollo personal y comunitario, generando las condiciones necesarias para que los sujetos que viven situaciones de vulnerabilidad social, realicen sus proyectos de vida. Esta misión la lleva a cabo implementando programas y proyectos que faciliten y posibiliten “sacar afuera” las capacidades, competencias, valores y bellezas que poseen las personas más vulnerables de la sociedad.
La situación de vulnerabilidad de sectores socialmente excluidos, tiene como causas reconocidas, la condición socioeconómica de pobreza y la ausencia de tejido social. Esa situación, que se arrastra por décadas, ha provocado un retroceso en los procesos de conformación de esas comunidades como sujetos en la transformación de sus condiciones de vida. La situación descrita es particularmente grave en el caso de los jóvenes.
Es sabido que los procesos de exclusión social, traen aparejados problemas críticos de integración social. Uno de ellos dice relación con precarios niveles de asociatividad. Las convocatorias que provienen desde el Estado no parecen suficientemente atractivas para la población. ¿Para qué participar? La respuesta ni siquiera se formula. El sujeto no dialoga. Si es verdad que el lenguaje es el lugar del sujeto, un sujeto que no dialoga, o que dialoga de manera críptica, en grupos cerrados, sin propósitos de integración, es un sujeto vulnerable.
El objetivo es la transformación social
La metodología de Educere se inscribe en el enfoque Investigación-Acción-Participativa. El objetivo es la transformación social. La persona no es objeto de una acción desde “arriba”, sino sujeto de su propia acción. En ella el educador se educa. Acompaña más que interviene.
En tanto la investigación-acción tiene como propósito al sujeto mismo, Educere se ubica en un modelo de acción psicosocial. Arma su caja de herramientas incorporando técnicas de la psicología, la sociología y la educación, y las pone a disposición de esta construcción colectiva.
El objeto central de la psicosociología son todos los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicación. Es decir, las comunicaciones de masas, el lenguaje, las influencias que ejercemos los unos sobre los otros, las imágenes y los signos en general, las representaciones sociales que compartimos.
Lo psicosocial es el ámbito de acciones orientadas a la construcción de espacios que permitan el desarrollo de sujetos conscientes y capaces de transformar la realidad, tanto personal como colectiva. Es el espacio de las relaciones intersubjetivas, donde la presencia del otro posibilita el sentido, como imagen de realidad-deseo, de potencia que constituye impulsos amorosos, constructivos, reparatorios.
Reivindica la pulsión de vida como antecedente
de la palabra
A la base de la metodología Educere está el interés y la capacidad de reconocer a otro/a que demanda apoyo, y de hacerlo desde el gesto fraterno, amoroso.
Reivindica la pulsión de vida como antecedente de la palabra. Releva las emociones y el lenguaje en el reconocimiento del Otro como sujetos.
El compromiso surge de una conciencia rehabilitada en la relación dialógica. El acompañamiento psicosocial en el ámbito individual constituye el eje de la acción, motivando la re significación de las biografías, la identificación de fortalezas, oportunidades, la internalización de actitudes y conductas para la integración social.
La crisis social, o enfermedad social provoca desintegración o pérdida de vínculos estructurantes. En el tardocapitalismo se desintegra el sujeto en el desvanecimiento del Otro. Sin el otro no hay lenguaje, sin lenguaje no hay sentido, no hay sujeto en tanto el individuo y sus relaciones sociales.
La palabra y el lenguaje no se originan en el sujeto, sino que se originan en el Otro y anteceden al sujeto. Y es que la palabra, el lenguaje y los significantes se encuentran en la alteridad radical del Otro. El psicoanálisis, especialmente la vertiente lacaniana, llega a considerar que el inconsciente tiene la estructura del lenguaje, el cual se construye en relación con otro (Lacan 1966).
La metodología como discurso sobre las formas de hacer el acompañamiento, releva los conceptos claves vínculo, entrevista individual, co-construcción de diagnostico, trabajo grupal y plan de acompañamiento.
Distinguimos dos categorías relacionadas en el cómo debe hacerse el acompañamiento. Por una parte el ambiente y por otra el sentido de la conversación.
1. EL AMBIENTE ES EL LUGAR DEL VÍNCULO QUE CONSTITUYE SUJETO
La construcción de espacios que permitan el desarrollo de sujetos conscientes y capaces de transformar la realidad, se traduce en propiciar ambientes que hacen sujeto.
Ambiente, es contexto en sus dimensiones objetivas como espacio material, como planificación de uso de recursos, como el cuidado en la disposición de implementos y simbologías; y también como ambiente físico a las formas de relación que se establecen, al diseño de estrategias participativas, a la horizontalidad, etc. Distinguimos ambiente objetivo y subjetivo, material y relacional.
El ambiente es lenguaje
El ambiente ha de ser “sencillo y simple”, “denota alegría, humor, optimismo”; “ambiente protegido”, “complicidad”, “apañador”, “presta ropa”, ”un ambiente que permite la autonomía”, “participativo”.
El ambiente es el lugar del vínculo, que deviene lenguaje y en este sentido, que es construcción de sujeto. El sujeto construye ambiente y este al sujeto.
No es solo cierta comodidad o confort, es principalmente el ambiente humano, cálido, fraterno que se instala desde la subjetividad del educador, que se traduce en palabras, pero sobretodo en gestos e intervenciones adecuadas, pertinentes.
La construcción de ambientes adecuados es el resultado del encuentro del mundo objetivo material con el mundo de los sentidos que adquieren, dada la relación vincular. Se puede decir que el ambiente es la materia afectada de simbología.
Los ambientes pasan a ser simbólicos significactivos, palancas que posibilitan la sintonía, pero además, en el ambiente ya está la propuesta de transformación.
El ambiente es el lenguaje corporal de la institución. Cuando las personas entran al ambiente –simbólico- son integrados. El ambiente Educere reconoce al sujeto y por lo tanto le permite ser, y en consecuencia, le permite transformarse.
Uno de los aspectos centrales de la evaluación del acompañamiento, preguntará por la calidad de estos ambientes; por los factores que inciden en ella, por las acciones orientadas para hacerlo mejor, en función principalmente del acompañamiento, en definitiva, del sujeto.
La evaluación preguntará por las condiciones materiales y, especialmente, relacionales en que se realiza el encuentro entre los sujetos. Permitirá detectar las competencias que deben ser fortalecidas. Indagará en la capacidad de crear ambiente adecuado a la emergencia del otro u otra: acogida verdadera, responsable, donde el educador se pone con optimismo y alegría.
Crear ambientes es un arte que compromete al educador, que involucra su propia transformación como profesional y como persona. El profesional de Educere se hace en la producción de ambientes. Siempre se está educando.
- El educador debe prepararse a si mismo para acoger al otro, disponer su humor, pensar en el sentido del encuentro
- El educador debe preparar el espacio físico del encuentro con el usuario
- Debe acoger y no criticar. Debe comprender
- El educador debe cuidar las tres dimensiones del lenguaje: oral, emocional y corporal
- Debe realizar un encuadre que precisa objetivos y modalidad de la actividad
- De ser posible el educador debe instalar apoyos gráficos que le den carácter al ambiente
- El educador debe ser cuidadoso al elegir momento y lugar, procurando que no sea interferido por otros
2. LA HERRAMIENTA CONVERSACIÓN
para ser capaz de conversar hay que saber escuchar
El lenguaje tiene varios roles: describir, valorar. Uno de ellos es “hacer que las cosas pasen”. Es una manifestación en la que el lenguaje muestra su mayor poder: crear nuevas realidades.
Ser efectivo o transformar la forma en la que conversamos incluye considerar un grupo de competencias que se hacen cargo de los tres dominios de todo acto conversacional lo lingüístico, lo emocional y lo corporal.
El lenguaje distingue y vincula, existe y se transforma en relación directa con su poder comunicativo, es decir, la capacidad de promover comunidad, de relacionar personas que cooperan para construir la realidad social. El lenguaje existe de modo vital y cotidiano en la conversación.
La conversación genuina siempre deja una huella en quienes conversan. Requiere disposición a lograr un entendimiento, y que los interlocutores no hablen con fines contrapuestos, requiere confianza en la buena voluntad del interlocutor. El acto proposicional afecta la imagen de si mismo y del otro. Afecta la necesidad de todo sujeto de tener libertad de acción, de que sus necesidades no se vean impedidas por los demás (amenazar, advertir, ordenar; aceptar una oferta, un agradecimiento). Y necesidad de ser apreciado por los demás, de que compartan sus deseos y necesidades (reclamar, criticar, disculparse). “Se puede decir que la conversación es la acción cooperativa a través de la cual los miembros de un colectivo reducen la incertidumbre, coordinan las acciones que aseguran la convivencia, consolidando identidad y pertenencia. En tal sentido, el análisis de la conversación pretende dar cuenta de un proceso secuencial e interrelacionado de condiciones comunicativas, secuencias temáticas, intercambios verbales, intervenciones y actos de habla, que enmarcan y constituyen las posibilidades de significado y sentido de los interlocutores en un contexto específico.”2
De acuerdo con su objetivo, existen dos tipos de conversación: catártica y pragmática. La conversación pragmática se centra en los resultados; busca obtener un resultado previsto, distinto a la mera distracción. Por eso, se busca conducir al interlocutor a pensar, sentir o hacer algo que se estima positivo para ambos.
El análisis de las conversaciones como técnica de las ciencias sociales reconoce unidades comunicativas análisis de interrupciones, recursos de entonación, forma de delimitar los temas en la conversación, integración de lo verbal y lo no verbal, marcadores de apoyo, gestos, miradas o silencios, todo lo cual queda reflejado en las detalladas transcripciones que se realizan.
- El educador debe reconocer el valor de la imagen y los roles.
- Debe concentrarse en el objetivo de la conversación sin dispersarse.
- Valorar el tiempo dedicado a la conversación.
- Elegir lenguaje adecuado.
- Escuchar más y hablar menos.
- Ser capaz de comunicarse honestamente, con emociones. Pero también ser capaz de comunicarlas en forma adecuada.
- Estar atento a las necesidades comunicacionales del otro.
- El educador debe saber retroalimentar la conversación.
La importancia de pensar y dar buena forma a la pregunta
La pregunta es un acto proposicional que invita a que el otro tome la iniciativa, afecta la imagen propia y del otro. Esto hace relevante el pensar la pregunta. Parece obvio. Pero pensar la pregunta es una actividad compleja. Debe considerar diversos factores: el proceso, en que etapa se verifica la conversación; el objetivo, que problema estamos abordando; el estado de animo actual con que llega el sujeto a la conversación, etc. Al menos, tener presente cual fue el compromiso adquirido en la anterior entrevista.
Para asegurarse de que la conversación fluya, no debe formularse preguntas que puedan responderse con un “sí” o con un “no”, como “¿Te gusta tu trabajo?” En cambio las preguntas abiertas como “¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?”
hacen que la persona se extienda en el tema.
Para que una conversación sea agradable y productiva para ambas personas, ninguna debe dominar el diálogo, con el peligro de convertirlo en un monólogo.
Es importante darle la atención y el respeto que él o ella merece. Afecta el resultado mirar sobre su hombro para ver si alguien más interesante entra en la habitación, lo mismo que dedicarse a jugar con el teléfono celular o a enviar mensajes de texto.